sábado, 30 de junio de 2012

MARCO

Fue hasta que le vi el brazo tan fuera de su lugar, que supe entender que algo estaba mal. Aproximadamente unos 6 minutos antes un profesor entro a mi oficina dando aviso de que un niño había sufrido un accidente y regreso al lugar donde se ubicaba Marco ya con nuestro "maletin de primeros auxilios".
Pense que solamente era un incidente, algún dolor de cabeza, un golpe fuerte en la actividad. Quize organizar todo desde mi oficina sin entender que lo primero que había que hacer era dirigirme personalmentee a revisar el incidente. De repente algo en mi me dijo que eso era precisamente el primer paso que debía hacer.
Fue hasta que le vi el brazo tan fuera de su lugar, que supe entender que Marco, su llanto, su sufrir, sus gritos de dolor eran debido a una seria fractura de codo.
La ambulancia tardo mas o menos unos 15 minutos en llegar, mismos minutos que Marco seguia tendido en el campo rodeado de todos mis profesores, recibiendo solamente ayuda moral a través del animo.
Lo mejor que pudimos hacer fue no intentar nada que no supieramos hacer, y esperar a que llegara quien sabe que hacer.
Así fue. La ambulancia se llevo al pequeño Marco al Seguro, gracias a que su mama cuenta con el seguro correspondiente. Y hasta ahí fui.
Antes de este primer viaje ya los enfermeros fijaron su brazo a su costado, provocando un serio ritus de dolor en Marco, y que más podria ser si cuenta con al menos 10 años de edad.
Allá en la primer clínica determinaron que debían mandarlo a otra clínica, la de pediatria, debido a la seriedad de su lesión.
Un autentico hijo de la chingada que se hace llamar chofer de ambulancia del Seguro, tuvo a bien decirme que Marco se parara, caminara hasta la ambulancia para que se pudieran ir al otro Hospital. Un autentico hijo de la chingada.
No fue así. Le pedi que acercara la camilla y que lo trasladara a la ambulancia en la camilla.
La manera en que lo traslado fue una vez mas, la de un autentico hijo de su chingada madre.
Es que esta insensibilidad que vivimos hoy en día, hace que vivencias como esta, me duelan más que todo lo que he tenido que sortear. Justo cuando vemos que existe la necesidad de alguien le damos la espalda. Porque no somos sensibles?, por que no valoramos al projimo y porque no procuramos una de las premisas de esta vida. AYUDAR?.
Volví a escuchar los gritos de dolor de Marco en el otro Hospital, justo cuando lo estaban valorando los doctores y donde intuyo trataron de acomodarle el brazo por primera vez. Habían pasado algo así como 2 horas desde su accidente.
No tenía caso que estuviera en esos momentos ahí. Opte por irme a mi casa y volví dos horas después con la firme convicción de poder saludar a Marco y mostrarle mi apoyo.
Así lo hice y fue hasta ese nuevo momento de contacto que pude platicar con mi amigo ya con un poco menos de dolor.
NO PUEDO ESTAR AJENO AL DOLOR DE UN NIÑO. Me mueve, me duele, me pega como si fueran mis dos hijos.
Chiquito, en esa cama, en esa esquina, solo con su mama, sin los recursos para poder ser atendido como uno esperaria que pudiera ser. Es un niño carajo!. Merece ser atendido.
Le regale una revista y le hablé de que yo también he estado ahí, postrado en esas camas, con dolores, con inyecciones, con canalizaciones, con doctores, enfermeras y hospitales. Colegas.
Y colegas de cumpleaños. Casualmente Marco y yo cumplimos el mismo día, años.
Me despedí para prometerle volver y así lo he hecho durante los últimos tres dias en que escribo esta nota.
En ningún momento lo he visto llorar más. Siempre ha tenido una sonrisa de Angel. Es un Angel de Dios.
Todavía hoy no lo operan, sigue esperando ya en piso que comparte con más gente a que el doctor lo opere.
Quiza en estos momentos que escribo esta siendo operado.
SOLO QUIERO ESCRIBIR MI CABEZA Y decir que quiero a Marco. Que quiero que la vida le de la oportunidad que se merece de ser alguien, de gozar de una vida sin limitaciones, sin austeridad, sin dolor, llena de felicidad.
Y estoy dispuesto a ayudarlo. Ya se lo prometí. Y así sera.

Y todo esto nos lleva a una reflexión que quiero sugerir con las pocas personas que lean este escrito.
EXISTEN EN TU CIUDAD CANTIDAD DE INSTITUCIONES QUE ALBERGAN A NIÑOS.
Las casas hogar, los albegues que le dan apoyo a niños de bajos recursos y en condiciones marginales, necesitan ayuda, necesitan ser conocidas, atendidas, apoyadas.
Existen miles de niños, buenos niños, que sueñan, sonrien  con poco, que te responden con una sonrisa al mas mínimo saludo, que pueden ser apoyados por todos nosotros.
Que esperamos, cuanto tiempo más vas a seguir sin hacer nada. Sal, conoce estos lugares, habla con sus directores, checa las casas, sus programas y te garantizo que vas a salir motivado, vas a salir tocado y con las ganas de hacer algo.
HAGAMOS ALGO.

Yo ya estoy ayudando y seguire haciendolo. Seguramente pronto dare noticias al respecto.
De Marco puedo decir que es un niño maravilloso, que va a estar bien. Va a salir bien y este accidente va a resultar en una bendición en su vida. Más bien UNA BENDICION A MI VIDA.

Te quiero Marco.

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